Has del “si” un mantra.
Cada noche, antes de irte a dormir, repite “si, si”. Sintonízate con esto, mécete con esto, déjalo venir por todo tu ser, de pies a cabeza.
Déjalo penetrar. Repite “sí, sí, sí”.
Que por diez minutos esa sea tu oración en la noche; luego ve a dormir.
Y temprano en la mañana, nuevamente, durante por lo menos tres minutos, siéntate en tu cama.
Lo primero que hay que hacer es repetir “sí” y meterse en la sensación de esto.
Durante el día, cuando sea que comiences a sentirte negativo, detente en el camino, en cualquier lugar…
Si puedes decir en voz alta “sí, sí”, bien…
De no ser así, al menos puedes decir “sí, sí” en silencio.