domingo, 24 de marzo de 2013

RECUPERANDO EL RITMO PARA DORMIR BIEN




Vete a dormir a la misma hora con regularidad:
si es a las once de la noche, que sea a las once.
 
Mantén esa hora regular y pronto el cuerpo entrará en un ritmo.
 
No cambies la hora, porque confundirás al cuerpo.
 
Hay un ritmo biológico y el cuerpo le ha perdido la pista.
 
Así que si decides ir a la cama a las once, que sea fijo;
suceda lo que suceda tendrás que acostarte a las once.
 
Puedes decidir que sean las doce, no importa la hora, pero tiene que ser regular.
 
Ése es el primer paso.
 
Antes de acostarte, baila vigorosamente durante media hora para que el cuerpo pueda deshacerse de todas sus tensiones.
 
De modo que si te vas a dormir a las once, empieza a bailar a las diez.
 
Baila hasta las diez y media.
 
Luego toma una ducha o un baño caliente.
 
Relájate en el baño durante quince minutos.
 
Deja que todo el cuerpo se relaje.
 
Primero el baile para que todas las tensiones salgan, luego una ducha caliente.
 
Un baño caliente es mucho mejor que una ducha, porque puedes acostarte en la bañera durante media hora o quince o veinte minutos y relajarte.
 
Luego come algo, cualquier cosa caliente estará bien, no fría.
 
Bastaría con leche caliente; luego acuéstate.
 
Y nunca leas antes de dormir.
 
Apaga la luz y duérmete.
 
No te preocupes por que el sueño llegue o no.
 
Si no llega, quédate acostado en silencio y fíjate en tu respiración.
 
No respires demasiado intensamente, ya que eso te mantendría despierto.
 
Deja la respiración tal cual, en silencio, pero sigue fijándote en ella:
entra y sale, entra y sale...
 
Es un proceso tan monótono que pronto estarás bien dormido.
 
Todo lo monótono ayuda.
 
Y la respiración es absolutamente monótona, no cambia...
 
Sale y entra y sale y entra...
 
Si no llega el sueño, no te levantes.
 
Pase lo que pase quédate en la cama, relajado.
 
Aunque no llegue el sueño, relajarse es casi tan valioso como dormir;
sólo un poco menos valioso, eso es todo.
 
Si dormir te da un descanso del ciento por ciento, relajarte en la cama te dará un noventa por ciento.
 
Pero no te levantes, si no perturbarás el ritmo.
 
Al cabo de pocos días verás que llega el sueño.
 
También hay que fijar la hora exacta de levantarse por la mañana.
 
Aunque no hayas dormido en toda la noche, no importa;
cuando suene el despertador tienes que levantarte.
 
No te vuelvas a dormir durante el día porque así puedes perturbar el ritmo.
 
¿Cómo podrá tu cuerpo adoptar un ritmo?
 
No duermas durante el día; olvídalo.
 
Espera a la noche y a las once te volverás a acostar.
 
Que el cuerpo esté hambriento de sueño.
 
Así, de las once a las seis... siete horas son suficientes.
 
Aun cuando durante el día tengas ganas de dormir, ve a caminar, lee, canta o escucha música, pero no duermas.
 
Resiste esa tentación.
 
La finalidad es devolver el cuerpo a un círculo rítmico.
 
 
OSHO