A veces el corazón
está ahí pero es como un capullo, no como
una flor.
Sin
embargo, el capullo puede abrirse.
Haz
lo siguiente: inicia un proceso de respiración.
Hazlo
siempre
que tu estómago esté vacío, antes de comer o tres horas después de haber
comido.
Saca
todo el aire: espira profundamente, mete el estómago y saca todo el
aire.
Cuando sientas que
ya no hay aire, sostén tanto tiempo como puedas, unos dos o tres minutos.
Tres
minutos es lo mejor.
Será
muy difícil, pero poco a poco serás capaz de hacerlo; estarás
completamente necesitado de aire y entonces entrará como un torrente.
Sentirás mucha
alegría y una gran vitalidad con ese torrente, y esto ayudará a que se abra tu
corazón.
Necesitas
algo que penetre tu corazón, y puedes hacer esta respiración
siempre que quieras.
No lo hagas más de siete veces por sesión.
Puedes
hacerlo tres, cuatro o cinco veces por día o incluso más; con eso no hay
problema.
Pero recuerda hacerlo
con el estómago vacío, para que realmente
puedas sacar todo el aire.
Entonces
déjalo fuera tanto tiempo como puedas.
No te asustes, no
te morirás, pues siempre que se vuelva
imposible sostenerlo, perderás el control y el aire entrará.
Poco a poco serás
capaz de mantener el aire fuera durante tres minutos y entonces, cuando entre
de manera torrencial, abrirá los pétalos de
tu corazón.
Ésta es una de las maneras más eficaces de abrir
el corazón.
OSHO