TODOS LOS DÍAS, AL MENOS DURANTE UNA HORA,
SIÉNTATE EN SILENCIO
EN ALGÚN LUGAR.
VE AL RÍO O AL JARDÍN, A ALGÚN LUGAR DONDE NADIE TE MOLESTE.
RELAJA LOS MÚSCULOS DEL CUERPO, NO TE TENSES,
Y CON LOS OJOS
CERRADOS DILE A LA MENTE:
«¡ADELANTE! HAZ LO QUE QUIERAS HACER.
YO SERÉ TESTIGO
Y TE OBSERVARÉ».
TE SORPRENDERÁ:
VERÁS QUE DURANTE UNOS MOMENTOS LA MENTE NO ESTÁ
TRABAJANDO.
DURANTE UNOS MOMENTOS, A VECES SÓLO UN SEGUNDO,
VERÁS QUE LA
MENTE NO ESTÁ TRABAJANDO Y EN ESE HUECO
TENDRÁS UNA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD
TAL Y COMO ES,
SIN TU IMAGINACIÓN, QUE SIEMPRE ESTÁ FUNCIONANDO.
SIN EMBARGO, SÓLO SERÁ UN MOMENTO, UN MOMENTO MUY BREVE,
Y
DESPUÉS LA MENTE VOLVERÁ A TRABAJAR.
COMENZARÁN A FLUIR PENSAMIENTOS Y FLOTARÁN IMÁGENES.
NO TE DARÁS CUENTA DE INMEDIATO.
SÓLO DESPUÉS, CUANDO HAYAN PASADO ALGUNOS MINUTOS,
VERÁS QUE LA
MENTE ESTÁ TRABAJANDO DE NUEVO
Y QUE HABRÁS PERDIDO EL CAMINO.
ENTONCES LLÁMALE OTRA VEZ LA ATENCIÓN Y DILE:
«HAZ LO QUE
QUIERAS Y YO SÓLO SERÉ UN TESTIGO»,
Y OTRA VEZ SE DETENDRÁ DURANTE UN SEGUNDO.
ESOS SEGUNDOS SON TREMENDAMENTE VALIOSOS.
SON LOS PRIMEROS MOMENTOS DE REALIDAD,
LOS PRIMEROS VISLUMBRES,
LAS PRIMERAS VENTANAS.
SON MUY PEQUEÑOS, TAN SÓLO PEQUEÑOS HUECOS QUE VIENEN Y VAN,
PERO EN ESOS MOMENTOS TENDRÁS UNA MUESTRA DE LA REALIDAD.
LENTAMENTE, POCO A POCO, ESOS INTERVALOS
SERÁN CADA VEZ MÁS
GRANDES.
APARECERÁN SÓLO CUANDO ESTÉS REALMENTE MUY ALERTA.
CUANDO ESTÁS MUY ALERTA LA MENTE NO FUNCIONA,
PUES LA ATENCIÓN
MISMA FUNCIONA COMO UNA LUZ EN UN CUARTO OSCURO.
CUANDO HAY LUZ, NO HAY OSCURIDAD.
CUANDO TÚ ESTÁS PRESENTE, LA MENTE ESTÁ AUSENTE;
TU PRESENCIA ES
LA AUSENCIA DE LA MENTE.
CUANDO NO ESTÁS PRESENTE LA MENTE EMPIEZA A FUNCIONAR.
TU AUSENCIA ES LA PRESENCIA DE LA MENTE.
OSHO