ANTES DE ACOSTARTE, APAGA LA LUZ Y SIÉNTATE
EN LA CAMA.
CIERRA LOS OJOS, RELAJA EL CUERPO
Y SIENTE QUE TODO EL CUARTO ESTÁ
LLENO DE NIEBLA DORADA.
NIEBLA DORADA CAYENDO POR TODOS LADOS.
VISUALÍZALA DURANTE UN MINUTO
CON LOS OJOS CERRADOS:
NIEBLA
DORADA CAYENDO.
DESPUÉS DE UNOS DÍAS SERÁS CAPAZ DE VER TODO EL CUARTO
ILUMINÁNDOSE EN TU VISIÓN.
ASPIRA Y SIENTE QUE ASPIRAS LA NIEBLA DORADA
HASTA LO MÁS
PROFUNDO DE TU CORAZÓN.
TU CORAZÓN ESTÁ VACÍO Y LA NIEBLA ENTRA Y LO LLENA.
ENTONCES ESPIRA:
SIENTE OTRA VEZ QUE LA NIEBLA DORADA SALE
Y QUE TU CORAZÓN SE VACÍA DE NUEVO;
Y QUE TU CORAZÓN SE VACÍA DE NUEVO;
NO HAY
NADA DENTRO.
ESA NIEBLA LLENANDO EL CORAZÓN Y TU SER
INTERIOR,
Y DESPUÉS VACIÁNDOLO:
Y DESPUÉS VACIÁNDOLO:
JUSTO COMO LA ASPIRACIÓN Y
LA ESPIRACIÓN.
CON LA ASPIRACIÓN LO LLENAS
Y CON LA ESPIRACIÓN LO VACÍAS.
HAZ ESTO ENTRE CINCO Y SIETE MINUTOS Y DESPUÉS DUÉRMETE.
SIEMPRE DUÉRMETE CUANDO ESTÉS VACÍO,
NO
CUANDO ESTÉS LLENO DE LA NIEBLA DORADA.
VACÍATE Y DUÉRMETE.
TENDRÁS UN SUEÑO DE CALIDAD
MUY DIFERENTE:
MÁS DEL VACÍO, MÁS DE LA NADA Y MÁS DEL NO SER.
POR LA MAÑANA, AL ABRIR LOS OJOS,
SENTIRÁS COMO SI HUBIERAS ESTADO EN UNA TIERRA TOTALMENTE DIFERENTE
Y COMO SI HUBIERAS DESAPARECIDO.
SENTIRÁS COMO SI HUBIERAS ESTADO EN UNA TIERRA TOTALMENTE DIFERENTE
Y COMO SI HUBIERAS DESAPARECIDO.
POR LA MAÑANA, ANTES DE LEVANTARTE DE LA
CAMA,
SIÉNTATE OTRA VEZ Y REPITE EL PROCESO DURANTE CINCO MINUTOS.
SIÉNTATE OTRA VEZ Y REPITE EL PROCESO DURANTE CINCO MINUTOS.
CUANDO TE LEVANTES DE LA CAMA, HAZLO LLENO DE LA NIEBLA DORADA.
DUÉRMETE CUANDO ESTÉS VACÍO Y LEVÁNTATE DE
LA CAMA POR LA MAÑANA CUANDO ESTÉS LLENO.
MANTÉN LA NIEBLA DORADA DENTRO Y LEVÁNTATE;
TODO EL DÍA SENTIRÁS
UNA ENERGÍA SUTIL FLUYENDO EN TI,
UNA ENERGÍA MUY BRILLANTE.
POR LA NOCHE VACÍATE Y POR LA MAÑANA LLÉNATE:
DEJA QUE EL DÍA
SEA LLENO Y LA NOCHE VACÍA.
EL PRÓXIMO PASO ES QUE PERMANEZCAS COMO UN OBSERVADOR.
LA NIEBLA DORADA ENTRA, TÚ ERES UN OBSERVADOR;
LLENA TU CORAZÓN,
ERES UN OBSERVADOR;
VACÍA EL CORAZÓN, ERES UN OBSERVADOR.
NO ERES NADA:
NI DÍA NI NOCHE,
NO ERES VACÍO NI ESTÁS LLENO,
SIMPLEMENTE ERES UN OBSERVADOR.
OSHO